La próstata: salud, placer y reproducción

Por: Dahiana Cañete

A nivel mundial, noviembre es el mes de concienciación sobre el cáncer de próstata y por tanto, una oportunidad para fortalecer nuestras voces por el derecho a la salud y la calidad de vida sexual.

A la próstata la encontramos en los cuerpos con biología masculina, debajo de la vejiga y delante del recto. Es frecuentemente del tamaño de una nuez, forma parte del sistema sexual-reproductivo y tiene funciones específicas: 

  • La de agregar al semen una sustancia líquida al momento de la eyaculación para ayudarlo en su tarea reproductiva. 
  • La de producir placer: cuando la persona está excitada, la próstata se hincha y es capaz de producir gran placer si en ese momento se la presiona, conduciendo a la posibilidad de tener orgasmos más intensos. Es el llamado punto P, similar al punto G.

Cuando hablamos de cáncer de próstata nos referimos a cualquier tumor maligno que se origina en dicho órgano. La mayoría de las veces se genera dentro de unas estructuras denominadas glándulas prostáticas. El cáncer de próstata aparece sin ningún tipo de manifestación, por lo tanto su padecimiento en las primeras etapas es imperceptible, situación que hace desfavorable el tratamiento porque, como todo cáncer, si no se detecta a tiempo y si no se reciben los tratamientos adecuados, puede ocasionar la muerte. 

En Paraguay, el cáncer de próstata es la primera causa de muerte en personas con órganos sexuales masculinos. Se estima que 1 de cada 7 desarrollará este tipo de cáncer a lo largo de su vida.

Entonces la siguiente pregunta es: ¿cómo se puede prevenir el cáncer de próstata? Lastimosamente tampoco es favorable la respuesta: no existe evidencia que nos indique la causa o el agente causal, y tampoco hay asociación clara con algún hábito de vida o dieta alimentaria. Por ello, por ahora, es imposible prevenir el cáncer de próstata. 

Lo que sí se puede hacer es conocer los agentes de riesgo. El primero de ellos es la edad (más del 75% de los casos se diagnostican en mayores de 65 años). Por eso, a partir de los 50 años, toda persona con próstata debe realizarse los estudios para detectar un posible cáncer a tiempo. La ciencia nos reveló también que la genética juega un papel importante: si hay antecedentes familiares existe más probabilidad de padecerlo, por lo que, en este caso, se recomienda a la persona iniciar los chequeos a los 40 años.

Buscando la disminución del riesgo del cáncer de próstata, una investigación de la Escuela de Salud Pública de Harvard TH Chan, publicada en la revista científica ‘European Urology’ en 2019, nos habla de que la eyaculación con una frecuencia de 21 veces al mes minimiza el riesgo en una quinta parte frente a quienes tienen eyaculaciones con menos frecuencia. En este sentido, la eyaculación se convierte en una aliada para reducir el riesgo de cáncer de próstata. Así, es favorable una vida sexual activa, teniendo siempre presente el uso de protección de barrera (preservativos o condones).

El control para detectar a tiempo

La principal estrategia de cuidado son los controles para la detección oportuna del cáncer de próstata. Actualmente, el examen empieza, por lo general, con una exploración de la historia de vida de la persona a través de una entrevista con el o la profesional en urología; luego se indica un estudio llamado PAS – Prueba de Antígeno Prostático Específico (por sus siglas en inglés), que consiste en un análisis de sangre que busca medir una proteína producida por las glándulas de la próstata y con eso detectar anomalías. El siguiente paso puede consistir en una ecografía prostática para evaluar el tamaño de la afección; y por último, una biopsia para detectar si dicha anomalía es efectivamente maligna (cáncer) o benigna, como sucede en la mayoría de los casos.

El cuidado de la próstata, órgano sexual y reproductivo, repercute en la calidad de vida, tanto en la dimensión reproductiva como del placer sexual. Es momento de convertirnos en agentes promotores de la salud y de los derechos sexuales y reproductivos, afrontando miedos que muchas veces alejan a las personas, especialmente a varones heterosexuales, de un adecuado control y tratamiento oportuno. Tampoco podemos dejar de  mencionar a las mujeres trans que muchas veces padecen secretamente esta dolencia por las barreras de una sociedad discriminadora. 

¡Amá, disfrutá y sé feliz!

 
Lic. Dahiana Cañete – Psicóloga, Sexóloga y Educadora en Sexualidad – Especialista en: Psicología Educacional, Psicología Clínica y Sexología Clínica – Dirección de Programas para Adolescentes y Jóvenes del Centro Paraguayo de Estudios de Población – CEPEP
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