¿Qué es la EIS?

La sexualidad está presente en todos los seres humanos desde el nacimiento. Tiene que ver con cómo somos, qué sentimos, cómo pensamos, qué hacemos y cómo nos relacionamos. A medida que crecemos y cambiamos nuestra forma de ser, también cambia la forma en la que nuestra sexualidad se expresa.

Solemos pensar en la sexualidad como una sola para todo el mundo, y que todas las personas la viven igual, pero en verdad así como no hay dos personas idénticas, tampoco hay dos sexualidades iguales. Los diferentes factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales de cada persona serían como hilos de diferentes colores que poniéndolos juntos dan como resultado el tejido único de nuestra sexualidad.

La educación de la sexualidad es un acompañamiento a vivir la sexualidad de forma plena, saludable, respetuosa y satisfactoria, reconociendo los deseos, valores, gustos, derechos y límites propios y ajenos. Constituye un proceso de enseñanza y aprendizaje que promueve en las personas, de acuerdo a su edad, habilidades y saberes que posibilitan vincularse con la propia sexualidad y con los demás de manera responsable y libre.

El acento en la integralidad de la educación sexual permite, a diferencia de la educación sexual tradicional, hablar no sólo del cuerpo y sus funciones o de lo biológico/sexual sino también de las emociones, los afectos, el deseo, las formas de relacionarnos con otras personas, el sentido de responsabilidad y el espíritu crítico, el cuidado del propio cuerpo y el de los demás, el respeto a la diversidad, el ejercicio de los derechos, la identidad, etc.

En otras palabras, con la Educación Integral de la Sexualidad (EIS) se aprende, entre otras cosas, a conocer y reconocer que hay tantas maneras de ser, sentir, relacionarse, expresarse y vivir como hay personas en este mundo. Esto contribuye a una vivencia positiva de la diversidad.

La EIS ayuda a tomar decisiones más conscientes y responsables sobre nosotros mismos/as y las demás personas. Fortalece el autoconocimiento, la autoestima y por tanto, ayuda a consolidar el proyecto vital. Promueve que el placer siempre está asociado al cuidado, por tanto ve las relaciones sexuales como vínculos de afecto y placer, y también de responsabilidad y cuidado. Pone el énfasis en el respeto hacia sí mismo/a y su propio ritmo, para esto, ayuda a identificar si las decisiones que tomamos responden al propio deseo o a querer imitar o probar algo a alguien, o a la presión del grupo para obtener su aprobación. Da respuestas de calidad y con base científica a la curiosidad natural que niños, niñas, jóvenes y adolescentes sienten ante los cambios que viven y sienten. Anima a conocerse, a respetarse, a cuidarse y por ende, a saber decir no cuando algo o alguien no nos gusta. Ayuda a identificar las emociones, a nombrarlas y a saber expresarlas de forma sana y respetuosa. Posibilita vivir relaciones más sanas y satisfactorias. La EIS permite revisar las formas en las que las personas nos relacionamos, por eso promueve la equidad en las relaciones entre niñas y niños. 

¿Qué está pasando en Paraguay?

Abuso sexual infantil

Entre los años 2008 y 2020, el Ministerio Público (Fiscalía) ha recibido en promedio 11,4 denuncias de hechos punibles contra niñas, niños y adolescentes por día, lo que totalizó 49.964 casos. La mayoría se dio en el entorno familiar inmediato.

En 2020 se recibieron 10.633 denuncias de hechos punibles de diferente tipo contra niñas, niños y adolescentes: deber alimentario (44,6%), abuso sexual en el rango de edad de 0 a 13 años (25,4%), maltrato (13,0%), pornografía (8,5%), estupro (6,0%).

En 2020, 3.372 de las denuncias realizadas se refieren a violencia sexual a niñas, niños y adolescentes, 935 casos menos que en 2019, año con más casos registrados en la última década. 

Observatorio CDIA

Inicio precoz de las relaciones sexuales

La edad promedio de inicio de relaciones sexuales es de 13 años.

Tres de cada 10 estudiantes de entre 12 y 18 años ya tuvieron alguna relación sexual.

El 30% de las y los adolescentes de entre 12 y 18 años encuestados/as dijo haber tenido relaciones sexuales al menos una vez en la vida (el 39% de los  hombres y el 21,5% de las mujeres). De entre ellos/as, el 21,5% afirmó haber empezado antes de los 14 años y el 14% afirmó haber tenido más de dos parejas sexuales.

Encuesta Global de Salud Escolar de la OPS/OMS

Embarazo adolescente

Desde el 2013 se mantiene un promedio de dos partos diarios de niñas de 10 a 14 años, como una de las consecuencias de los altos índices de abuso sexual infantil. El 80% de los casos se produce en el entorno familiar cercano. Los nacimientos de hijas/os de niñas de entre 10 y 14 años constituyen la quinta parte de todos los nacimientos que se producen anualmente en el país. Entre los años 2010 y 2016 nació un total de 762.277 niños/as, de los/as cuales 142.847 fueron hijos/as vivos/as de embarazadas de entre 10 a 19 años. Ello implica que en este periodo de tiempo el 18,7% de todos los nacimientos registrados correspondió a nacidos vivos hijos/as de niñas y adolescentes de 10 a 19 años.

Link Investigación Embarazo en niñas CDE

ITS/ VIH SIDA

Según el MSPyBS, la tasa de nuevos diagnósticos de VIH en el 2018 fue de 22 por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, en el rango de edad de 20 a 24 años la tasa fue de 46 personas con VIH por cada 100.000 habitantes, es decir que en este rango la tasa de diagnóstico se duplicó respecto a la de la población total. La tendencia de la tasa de diagnóstico en el grupo de edad de 20 a 24 años es ascendente, se ha incrementado de 25.91 a 46.65 x 100.000 habitantes en los 10 últimos años.

Link informe del PRONASIDA (2018) del MSPyBS

EIS, un Derecho Humano

El derecho a recibir educación sexual, es un derecho reconocido explícitamente en el Código de la Niñez y la Adolescencia en su artículo 14:

Del derecho a la salud sexual y reproductiva

«El Estado, con la activa participación de la sociedad y especialmente la de los padres y familiares, garantizará servicios y programas de salud y educación sexual integral del niño y del adolescente, que tiene derecho a ser informado y educado de acuerdo con su desarrollo, a su cultura y valores familiares».

Esta responsabilidad de educar, orientar, dirigir el proceso educativo (artículos 70 al 81 del Código de la Niñez y la Adolescencia) está en el marco de los objetivos de la educación contenidos en nuestra Constitución Nacional: “el desarrollo pleno de la personalidad humana y la promoción de la libertad y la paz, la justicia social, la solidaridad, la cooperación y la integración de los pueblos, el respeto a los derechos humanos y a los principios democráticos, la afirmación del compromiso con la Patria, de la identidad cultural y la formación intelectual moral y cívica, así como la eliminación de los contenidos educativos de carácter discriminatorio”. Por tanto, el ejercicio de la responsabilidad educativa se enmarca en los principios de una educación democrática y en derechos humanos, opuestos a una cultura autoritaria.

Ir al contenido